lunes, 22 de abril de 2013

Tienes ropa, juguetes o libros en buen estado?


“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”

2 Corintios 9:7, 8


Cuando conocí la fundación quedé realmente impactado por algunas historias que yo creía eran de la época del feudalismo, pero que resultaron ser más comunes de lo que muchos pensamos.  Familias viviendo en lotes de tierra sin piso, niños durmiendo sobre cartones, madres reuniendo monedas para preparar una sopa, son algunas de las experiencias del dia a dia de muchos de los niños que llegan a la Fundación Monarca.

Luisa* es una niña muy alegre y educada, apenas tiene 13 años pero por su caracter pareciera mayor, es la más aplicada de su clase y durante el recreo disfruta con sus amiguitos como cualquier niño.  Tiene 4 hermanos menores y viven con su madre, quien trabaja como aseadora y apenas puede regalarles $200 pesos diarios (U$ 0.1) para que compren algo de onces.  Sus hermanitos que son más pequeños alcanzan a comprar alguna mandarina o chicle, o si aguantan un dia al siguiente les alcanza para un bombombum.  Luisa sin embargo asumió una responsabilidad mayor que ningún niño de su edad debería llevar, solamente por amor a sus hermanitos: "ella ahorra los $200 durante los 5 dias de la semana para cada Viernes sagradamente comprar 5 roscones y compartirlos con ellos en su casa".

La pasada navidad gracias a la colaboración de los vecinos se lograron recolectar juguetes y cada familia aportó con buñuelos, natilla y otros manjares para compartir con los niños, pero se apartaron los regalos más grandecitos para rifarlos.  Oscar* es un niño de unos 7 añitos, que tristemente rompió en llanto cuando rifaron una lonchera y el no ganó.  El Director de la Fundación Monarca habló con él y en tono amable le dijo "tranquilo hermano, depronto se gane otro regalo" a lo que el respondió que todos sus amiguitos llevaban loncheras y que el toda la vida había querido una pero sus papás nunca se la habían podido comprar.  Esta historia le ablandó el corazón al director por lo que inmediatamente se fué a comprar dos loncheras y se la dio a Oscar y su hermano mayor.  El rostro del niño se iluminó y hasta lloraba de alegría celebrando con su hermano que tenían lonchera, se la colgó y se miraba en un reflejo lo bien que se sentía cargando este elemento, le decía "uyy hermano que berraquera, ahora si tenemos lonchera hermano, aunque tenemos un problema pero no importa".  El Director sonriendo pensando que no le combinaba con la maleta le pregunta "y cual problema tienes pequeño Oscar", y el niño sin ningun dolor ni pena le contesta humildemente " es que a nosotros no nos dan onces, pero no importa, ya tenemos lonchera :)".

Estas son solo algunas de las historias que podrían impedirte pasar saliva por un buen rato, pero por experiencia te digo que no he conocido un mejor sentimiento que el dar con alegría.  Cuando tu estás bien recuerda que Dios te lo permite para que ayudes a otros, así que si te sobra algo de ropa, juguetes, libros, mercado, maletas, loncheras, utiles escolares, o lo que sea que Dios ponga en tu corazón, solo ponte en contacto con la fundación al correo funmonarca@gmail.com y con gusto lo recogeremos y entregaremos por ti, o si crees que tu garganta puede soportarlo, te invitamos a Funza para que los entregues personalmente.  Dios te bendiga a ti y a los tuyos y no permita que les falte nada.  Amén.

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* Todos los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los niños.

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